Baja Autoestima
Una persona con
baja autoestima suele pensar de forma negativa sobre sí misma. Pero esto es lo
bueno: Que la baja autoestima se sustenta más en creencias que en
hechos y las creencias sí se pueden cambiar.
Aún sin
proponérselo, dichas creencias van cambiando a lo largo de la vida, dependiendo
de las circunstancias y experiencias que atraviese la persona.
Causas de la baja
autoestima
Cada persona sigue
su propio y único camino en la vida y, a través del mismo, va formándose su
autoestima. El proceso suele ser gradual. La persona puede no darse cuenta de
que está formando un poso de creencias negativas sobre sí misma.En esa
construcción, la naturaleza innata de la persona juega un papel, pero las
experiencias que atraviesa y las personas con quienes se relaciona influyen
decisivamente.
Durante los
primeros años de la vida, cuando la personalidad se está formando, algunas
experiencias pueden dañar la autoestima. Y la persona, que aún no ha
desarrollado las armas para enfrentarse a ellas, es quizás cuando comienza a
sentirse poco valiosa.
Pero, también de
adulta, la persona puede vivir experiencias negativas que afecten su
autoestima.
Algunas
experiencias susceptibles de alimentar las creencias negativas de una persona
sobre sí misma son:
·
Ser víctima de abusos (sexuales, físicos o emocionales) y la pérdida de
control asociada a ellos.
·
Haber visto desatendidas sus necesidades básicas en la infancia.
·
Fracasar en cumplir con las expectativas de sus padres.
·
Sentirse el “bicho raro” de la escuela.
·
Sufrir discriminación (por discapacidad, apariencia, estatus social o
cualquier otra circunstancia).
·
Verse empujado por la presión social para seguir determinadas normas.
·
Sufrir acoso o bullying laboral.
·
Padecer enfermedades que condicionen sus actividades cotidianas o
impacten en su calidad de vida.
·
Sufrir por la pérdida de personas importantes de su vida.
·
Sufrir por exclusión social y soledad.
·
Afrontar el desempleo o condiciones laborales precarias.
·
Etc.
Al atravesar
experiencias dolorosas como ésas, la persona puede ir formándose esa
opinión negativa sobre su apariencia, su inteligencia o sus capacidades.
Y, cuando ocurre
algo que le hace recordar esas experiencias vividas, adopta una actitud
negativa a la hora de enfrentarse a las nuevas experiencias.
Dependiendo de qué
tan intensas y arraigadas estén las creencias negativas sobre sí misma, la
persona puede sentirse mal o incluso fatal (por ejemplo, a la hora de hablar en
público) y quizás trate de evadir ese mal trago.
Pero lo malo de
escapar de esa experiencia es que la persona tiende a re-confirmar sus
creencias negativas. Se hacen más fuertes, disminuyendo así la posibilidad de
superar una situación similar en el futuro.
Se construye, pues,
un círculo vicioso que parece indestructible, pero no lo es. Precisamente por
lo que dijimos: se sustenta en creencias que se pueden cambiar.
Consecuencias de la
baja autoestima
De una u otra
manera, todas las áreas de la vida quedan afectadas cuando la persona piensa
tan mal sobre sí misma. Veamos algunas de las situaciones más comunes…La persona con baja
autoestima puede involucrarse en relaciones personales tóxicas,
destructivas, porque no se da a valer para que sea tratada con el respeto y el amor que merece.
Respecto a su vida
social, puede decidir no involucrarse en muchas actividades para
evitar las críticas de la gente, que suele tomarse tan a pecho.En el trabajo,
puede suceder algo parecido: que evite tareas por miedo a no hacerlo
perfecto o, incluso, que deje de optar a algún puesto de trabajo por
no verse lo suficientemente buena para el mismo.
Por otro lado, la
baja autoestima también puede desembocar en comportamientos muy
negativos como, por ejemplo, las adicciones. O, en algunos casos,
llevar a una persona a desarrollar una personalidad violenta, para enmascarar
sus vulnerabilidades.Si en lugar de esas
creencias negativas, la persona tuviese una autoestima sana, no quiere
decir que no tendría problemas ni que dejaría de vivir experiencias
desagradables, pero sí tendría mejores armas para afrontarlas.
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